Es posible y es eficaz la intervención preventiva y temprana. El Programa Nurse-Family Partnership.

15

enero

2024

9 minutos

En anteriores entregas de esta iniciativa hemos aportado documentación y hemos tratado de explicar la importancia de entender los efectos gravemente negativos que pueden tener a lo largo de toda la vida las situaciones de desprotección y la falta de cuidados emocionales adecuados que ocurren antes y después del nacimiento y a lo largo de los primeras semanas, meses y años de la vida.

Hemos aportado información, por ejemplo, sobre el efecto negativo del estrés materno prenatal en el desarrollo y de una inadecuada interacción en los primeros meses de vida del bebé. Y hemos tratado de explicar que hay datos científicos que explican la manera en la que esos efectos se instalan de manera estable y difícilmente reversible en nuestro organismo a través de mecanismos epigenéticos bastante conocidos.

A partir de esta información, hemos hablado de la necesidad urgente de promover un cambio de paradigma en los sistemas de protección infantil y de salud mental, en el que se pueda dar la máxima prioridad a la implantación de intervenciones muy tempranas y preventivas.

Es momento de aportar, a quienes vayan siguiendo estas reflexiones, información sobre propuestas ya existentes de programas que han demostrado con suficiente solvencia su utilidad para evitar (o reducir la severidad) la aparición de situaciones gravemente adversas durante los primeros momentos de la vida y que, por tanto, pueden ser consideradas como intervenciones tempranas y preventivas.

La primera propuesta que queremos presentar tiene una acreditada solvencia adquirida a través de la experiencia acumulada durante muchos años y a partir de su sometimiento a sistemas de evaluación de resultados extremadamente exigentes. Se trata del programa denominado Nurse-Family Parternship” (NFP) creado en los años ochenta del siglo veinte y dirigido desde entonces por el Profesor de Pediatría Dr. David Olds de la Universidad de Colorado en Denver.

Presentamos brevemente los aspectos fundamentales del programa: la población a la que va dirigido, las actuaciones que deben ser llevadas a cabo, los resultados obtenidos y la relación entre costes y beneficios trasladados a términos monetarios.

Juzguen ustedes mismos si un programa como éste merecería la pena que fuera implantado y si los indicios de sus resultados sugieren que pudiera ser útil para evitar que muchos seres humanos fueran víctimas de situaciones gravemente adversas en la infancia y de que los efectos de dichas situaciones adversas se instalaran en su organismo (por ejemplo, de tipo epigenético). Fíjense simplemente en lo simple y eficaz que puede ser para reducir el estrés materno, para mejorar el apego prenatal, para promover un apego seguro o, más sencillo, para detectar CUANTO ANTES la aparición de situaciones de desprotección cuando no se consiguen las mejoras deseadas.

El “Nurse-Family Parternship” (NFP) inició sus primeras actuaciones hace más de 30 años y a partir de los resultados obtenidos en las evaluaciones de sus primeras aplicaciones, se ha venido desarrollando de manera generalizada en muchos lugares de los Estados Unidos de América y en esta última década en Australia, Canadá, Reino Unido, Noruega y Holanda.

El Programa Nurse Family-Parternship se pueden enmarcar entre los programas preventivos “selectivos” que desarrollan una “intervención temprana en forma de “visitas en el domicilio”. El NFP se puede considerar como un programa de promoción de la salud, basado en la evidencia, que trata de transformar y reconducir la vida de madres embarazadas vulnerables que esperan su primer hijo/a.

Es importante señalar que tanto el momento como el contexto en el que se realiza el Programa se consideran los más efectivos para facilitar y promover la incorporación de las madres. Se entiende que la selección de las personas a quienes se les ofrece la participación en un programa de prevención debe hacerse (1) “lo antes posible”, (2) a través de un sistema de selección por el que sea factible que “pasen” el mayor porcentaje de potenciales beneficiarios, (3) en un contexto social y profesional normalizado y (4) en un momento de máxima disponibilidad del posible beneficiario para aceptar la ayuda.

Los objetivos más importantes del Programa NFP son:

  1. Mejorar la situación del embarazo ayudando a la madre a incorporar buenas prácticas de salud preventiva que incluyen un mejor cuidado prenatal, una mejora de la dieta, y una reducción en el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias.
  2. Mejorar la salud y el desarrollo del niño/a ayudando a los padres y madres a proporcionarle un cuidado competente y responsable.
  3. Mejorar la auto-suficiencia económica de la familia ayudando a los padres y madres a desarrollar una visión adecuada de su propio futuro, a planificar posteriores embarazos y a continuar su currículum formativo y/o encontrar una actividad laboral.

Las principales características de este Programa son las siguientes:

  1. Se trata de un programa aplicable a madres embarazadas alto-riesgo. El programa se focaliza en proporcionar ayuda a madres muy jóvenes y que tengan, además, algunos otros factores de riesgo como bajos ingresos económicos, que no estén casadas y/o que no estén estudiando o trabajando.
  2. La intervención se lleva a cabo por profesionales con formación especializada (enfermeras “matronas”).
  3. Este Programa se inicia en el momento del embarazo y se prolonga hasta que el niño/a tiene 2 años.
  4. La participación en el Programa debe ser totalmente voluntaria y es la mujer embarazada la que debe aceptar o no participar en base a la información que se le proporcione.
  5. Las profesionales visitan a los padres/madres y a los niños/as en el domicilio y proporcionan apoyo, educación e información para mejorar el cuidado del embarazo, prevenir la desprotección, promover la salud del niño/a, mejorar las habilidades parentales y la calidad de vida de las familias. El contenido del Programa NFP se centra en tres grandes bloques:
  • Conductas de salud materna prenatal y desarrollo del vínculo con el no-nacido.
  • Cuidado sensible y competente del niño: interacción materno-infantil.
  • Desarrollo vital temprano de las madres.
  1. La intensidad de las intervenciones (visitas domiciliarias) es flexible, pero se exige unos mínimos de actuación:
    • El inicio debe llevarse a cabo, a ser posible, hacia la semana número 16 del embarazo y no más tarde de la semana número 28.
    • Una visita a la semana de un mínimo de una hora de duración durante el primer mes de participación.
    • Una visita cada dos semanas hasta el nacimiento del niño/a.
    • Una visita a la semana durante el primer mes de vida del niño/a.
    • Una visita cada dos semanas hasta que el niño/a cumpla 21 meses.
    • Una visita al mes desde que el niño/a tiene 21 meses hasta que cumpla dos años.

El programa NFP es uno de los programas que en más ocasiones (1) ha sido sometido a procedimientos muy rigurosos de evaluación de resultados, (2) ha llevado a cabo seguimientos a más largo plazo (15-19 años de vida de los niños/as) y (3) ha introducido procedimientos rigurosos de evaluación de costes y beneficios y de los Retornos de la Inversión.

Todos los resultados que presentamos a continuación han sido publicados a lo largo de los últimos años en múltiples revistas científicas especializadas. Adjuntamos al final de este texto algunas de estas publicaciones. Los resultados fueron obtenidos en varias aplicaciones llevadas a cabo en USA, a partir de evaluaciones en las que se compara grandes grupos de madres que reciben este programa y grandes grupos de madres que reciben el tratamiento estándar aplicando todos los requisitos de los ensayos de grupo control aleatorizado (RCT). Las evaluaciones de las aplicaciones en otros países se presentarán en este soporte en sucesivas entregas.

Entre otros, se han observado los siguientes efectos del programa en las aplicaciones llevadas a cabo en USA:

  1. Mejoras en el desarrollo del embarazo: Se observa una reducción muy significativa en los nacimientos prematuros para aquellas mujeres que fuman y una reducción en los posteriores embarazos de alto-riesgo como consecuencia de haber podido aumentar el intervalo entre el primer embarazo y los siguientes.
  2. Mejoras en la salud y el desarrollo de los niños/as:
    • Reducción de lesiones accidentales entre los niños/as.
    • Reducción en retrasos en el lenguaje de los niños/as, evaluado a los 21 meses.
    • Reducción en las visitas a urgencias hospitalarias por accidentes o envenenamientos.
    • Reducción en problemas emocionales o comportamentales, evaluados a la edad de 6 años.
    • Reducción en los casos de desprotección infantil, evaluados a los 15 años.
    • Reducción en la actividad delictiva en los niños/as y adolescentes, evaluada antes de los 15 años.
  3. Mejoras en la vida posterior de las madres y en su autosuficiencia económica:
    • Menos embarazos posteriores no planificados
    • Aumento en la participación de las madres en el mercado laboral cuando el niño/a alcanza los 4 años.
    • Reducción en el número de meses que las madres dependen de las ayudas económicas de los servicios sociales.
    • Incremento en la presencia de los padres en el hogar.

COSTES Y BENEFICIOS DEL PROGRAMA NFP

Los estudios llevados a cabo sobre la eficiencia del Programa NFP demuestran que la aplicación sistemática de este programa puede ser considerada como una inversión que produce beneficios netos claros. En general, se trata de un beneficio claramente transversal para la administración pública y que de manera especial se puede concretar a medio y largo plazo en el incremento del capital humano productivo y en la reducción de la exclusión social.

En USA, dependiendo del año en el que se lleve a cabo el informe, han ido variando los costes de la participación en el programa, pero en la actualidad se acercan a los $10.000 por familia. En el caso del Programa NFP llevado a cabo en Elmira, Nueva York, se pudo constatar que para las familias de más alto-riesgo, se recuperó el coste invertido en el programa en el momento en que el niño/a alcanzó los 4 años, con ahorros adicionales a lo largo del resto de la vida de la madre y del niño/a.

En el estudio llevado a cabo por el Washington State Institute for Public Policy, el Programa NFP obtuvo las mejores valoraciones en comparación con otros programas de prevención, en términos del “retorno” con respecto a la inversión. En esta evaluación se utilizan los datos de los seguimientos más largos llevados a cabo (cuando los niños alcanzan los 15 años). Estiman que por cada familia atendida la sociedad recupera (pasados 13 años desde la finalización de la intervención) todo lo invertido y que, además, se obtendrían $2.88 de beneficio por cada unidad monetaria de coste invertida.

https://www.nursefamilypartnership.org/
https://journals.copmadrid.org/pi/art/in2012a14