La Urgencia de la Prevención y la Intervención Temprana en situaciones de negligencia y deprivación cognitiva y emocional.

2

enero

2024

4 minutos

Para que el ser humano tenga un desarrollo adecuado necesita disponer de un ambiente de protección y de unas relaciones que sean positivas. Desde los momentos inmediatamente posteriores al nacimiento, las interacciones entre el bebé y los adultos que le cuidan afectan a la formación de las conexiones y circuitos neuronales de su cerebro en desarrollo.

Se puede decir de manera literal que, a medida que avanza el desarrollo, los intercambios recíprocos entre los adultos y el bebé están dando forma a la “arquitectura cerebral”. Si los cuidados que recibe de los adultos son poco fiables, inapropiados o, simplemente, están ausentes, los circuitos cerebrales pueden sufrir alteraciones importantes y afectar de manera severa al aprendizaje, la conduta o la salud del niño/a.

Muchos niños/as son víctimas de lo que denominamos “cuidados o atención negligente”. Se trata de la tipología de desprotección que aparece con mayor frecuencia en los recursos de protección infantil. La negligencia en los cuidados físicos (alimentación, higiene, etc.) y la negligencia de tipo psicológico (estimulación cognitiva y emocional, respuesta a las señales de interacción emocional, etc.) pueden tener diferentes niveles de gravedad y a medida que esta gravedad es más elevada, los daños para la salud física y psicológica de los niños/as pueden ser especialmente severos.

Presentamos en esta entrega un Informe elaborado por el “Center for Developing Child” de la Universidad de Harvard (www.developingchild.harvard.edu) en el que se describen los principales conocimientos de los que se dispone en la actualidad sobre la negligencia infantil y las implicaciones que estos conocimientos tienen para el diseño de programas y políticas de infancia.

Incluimos tanto el Informe completo como un resumen ejecutivo del mismo, del cual hacemos un breve resumen a continuación.

  1. Si asumimos que desde que nace, el ser humano está esperando y necesita como algo esencial para su desarrollo un ambiente que sea “sensible, accesible y responsivo”, su ausencia será una seria amenaza para su desarrollo y futuro bienestar. El impacto de los cuidados negligentes o de la falta de cuidados en el cerebro en desarrollo justifica por qué puede ser tan dañino en los primerísimos momentos de la vida y por qué resultan tan necesarias intervenciones tempranas y efectivas para evitar dichos daños.
  2. La negligencia crónica está asociada con un rango mayor de efectos negativos y daños en el desarrollo que el maltrato físico o psíquico. Sin embargo, recibe mucha menor atención en la gestión de políticas de protección.
  3. La investigación científica muestra de manera constante y uniforme que la deprivación o negligencia psicológica:
    • Modifica la forma en que el cerebro se desarrolla y procesa la información aumentando el riesgo de trastornos de la atención, trastornos emocionales, cognitivos y comportamentales.
    • Altera el desarrollo de los sistemas de respuesta biológica al estrés aumentando el riesgo de ansiedad, depresión, problemas cardiovasculares y otros trastornos crónicos de salud.
    • Se asocia con riesgo mayor de dificultades emocionales e interpersonales (trastornos de personalidad, poco control de impulsos y limitada asertividad).
    • Se asocia con mayor riesgo de dificultades del aprendizaje y rendimiento académico.
  4. Las consecuencias negativas de la negligencia y la deprivación emocional pueden ser revertidas o reducidas a través de intervenciones apropiadas y, sobre todo, que lleguen a tiempo. La mayoría de los niños/as que sufren negligencia necesitan una intervención especializada y cuidados muy especiales para mitigar los efectos adversos de la situación vivida.

Implicaciones para la política de protección infantil.

  • Los avances en la ciencia y en el conocimiento sobre los efectos de la falta de cuidados adecuados en los momentos más tempranos de la vida deben servir para promover y permitir exigir un reexamen fundamental de nuestros enfoques para la identificación, prevención, reducción y mitigación de la negligencia y de sus consecuencias, particularmente en los primeros años de vida.
  • El cambio más importante es el que se refiere a la URGENCIA DE invertir en programas de prevención que intervengan lo antes posible. Cuanto antes reciban la intervención adecuada los niños que han sufrido de negligencia, será más probable que se logren resultados positivos a largo plazo.

Enlaces a los documentos originales de los estudios:

InBrief The Science of Neglect 3

The Science of Neglect The Persistent Absence of Responsive Care Disrupts the Developing Brain